Si
conocieran de una historia que involucra un mundo espiritual, un cielo y un
infierno, ¿La verían? Creo que en un mundo tan ‘’rudo’’ y
‘’agnóstico’’ como éste, no. Sin embargo, si colocan algo así junto con una
historia fantasiosa de anime al más puro estilo de Dragon Ball, podría resultar
siendo una fórmula exitosa. Es el caso de Yu yu Hakusho, anime creado en los
90, y que gracias al tercermundismo que nos apropia, llegó a Latinoamérica a
inicios de la década del 2000. Narra la historia de un adolescente promedio y
su transición espiritual épica.
Yusuke
Urameshi era un adolescente normal, cascarrabias, imprudente y buscapleitos.
Asiste a la escuela secundaria y pelea con cualquiera que se atraviese en su
camino, pero –y esto es bastante cliché- tiene un gran corazón. La historia
comienza cuando luego de un día normal lleno de pleitos y peleas con su
archienemigo/amigo Kuwabara, Yusuke sacrifica su vida lanzándose a salvar de un
atropellamiento a un niño que cruzaba la calle para ver su pelota de fútbol y
muere.
Pero,
bueno, ¿Qué es la muerte sino el inicio de otra cosa? Y digo otra cosa porque
aquí no comienza una nueva vida para Urameshi, al contrario, ni siquiera acaba,
resulta que no puede entrar ni al cielo ni al infierno y en este mundo el
purgatorio no existe. A Yusuke no se lo esperaba en el mundo espiritual, debido
a que el niño al que salvó (?) no iba a morir a pesar del automóvil que
acechaba. Yusuke conoce a Botán, que es como la Bulma de esta historia, y
también su nueva asistente, quién rápidamente lo lleva a conocer a Koenma,
quien es el hijo del Rey del mundo espiritual, algo así como Jesús.
Rápidamente,
Koenma busca una forma de devolverle la vida al rudo pero acomedido Yusuke, y
le da la tarea de cuidar un huevo espiritual, que al romperse dará nacimiento a
un animal que representará el espíritu de Urameshi según su comportamiento, y
podrá regresar a su cuerpo. Aquí comienzan los golpes, Yusuke debe luchar
contra varios bandidos del mundo espiritual y pasa a ser el nuevo empleado de
Koenma. En este proceso vence y conoce a Kurama y al bandido Hiei, de quienes
logra salvar una relación amistosa durante los siguientes episodios.
El
siguiente problema radica en una pregunta simple: ¿Cómo hago para decirles que
voy a regresar y que no entierren mi cuerpo? Es un detalle pequeño, pero algo
importante. En esta parte de la historia se nos viene la parte cursi y
sentimental que al parecer es necesaria para toda historia, tenemos al
personaje femenino que atrae al protagonista, una chica inteligente y muy buena
gente, casi utópica, llamada Keiko. A través de sueños y posesiones –una de
ellas a su rival Kuwabara- Nuestro protagonista logra llevar al mensaje a
Keiko, quién convence a la mamá de Yusuke de mantener su cuerpo en la casa,
hasta logra salvar al cadáver lúcido –aún tibio- de su querido Urameshi, quién
aun así arriesgó su regreso a la vida lanzando el huevo que cuidaba solo para
salvar a Keiko.
Al
finalizar esta saga, Yusuke ha desarrollado la habilidad de visualizar
espíritus en el mundo real, lo que lo convierte en un Detective Espiritual,
encargado de resolver conflictos entre los diferentes mundos, siempre bajo la
orden del niño con el chupón… porque sí, Koenma es un bebé que habla.
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